martes, 8 de noviembre de 2011

La Victoria que es derrota

El resultado de las Elecciones Generales del 23 de Octubre pasado, expuesto como un gran triunfo del ignoto Frente para la Victoria y de su "modelo" Nacional y Popular, visto con la objetividad que proporciona el debido conocimiento de la historia politica y económica de nuestro país, me lleva a decir que la sociedad argentina ha vuelto a tropezar con la misma piedra, la de los "cantos de sirena" de los políticos de siempre, que siempre, en los últimos 30 años, con sus gobiernos, han terminado en crisis espantosas. Piénsese en los finales del gobierno Radical en 1989 aún no suficientemente evaluados, en el fin del gobierno de la Alianza en 2001 y en la situación actual de anarquía, de retroceso en las funciones de "consolidar la unión nacional, afianzar la justicia, proveer a la defensa y promover el bienestar general" y de destrucción de las perspectivas de crecimiento ordenado de la economía evidenciado en el refugio de los ahorros en la compra de Dolares por parte de la ciudadanía y en la fuga de capitales hacia otros destinos mas seguros.

Por otra parte, la comunidad económica y ordenansista mundial nos da la espalda dado el incumplimiento por parte de los compromisos contraidos al integrar la O.N.U. el F.M.I. el B.I.D. y otros organismos internacionales, como así también toda práctica administrativa honesta y de respeto de los derechos individuales de las personas ya de nacionalidad argentina como de otros paises a desarrollar actividades libremente cubiertos por el orden y la justicia, la cual solo puede esperarse de la acción de un gobierno serio.

Un viejo adagio dice " la culpa no la tiene el chancho, sino el que le da de comer" y es en tal sentido que sentencio que la culpa de lo que nos pasa es exclusiva de la sociedad argentina en su conjunto, que mayoritariamente apoya con su voto la continuidad de esta práctica gubernamental desquiciada, sin dejar de decir que es cómplice o partícipe de estos desaguizados permanentes del poder público.