lunes, 5 de octubre de 2009

El Desgobierno, es Dictadura.

Transcurridos 3 meses de mi último escrito sobre la situación político-institucional y económica, los hechos me dieron la razón.
El llamado al diálogo a los diversos sectores fué una payasada; un tomarse tiempo para ordenar las ideas, analizar y programar la contraofensiva a marcha forzada a llevar adelante en el Congreso Nacional antes de la finalización del período legislativo el 30 de noviembre.
Así fué que la cohorte de congresistas logró plasmar nuevamente en leyes los designios nefastos del Presidente Consorte, que debería hacerse llamar "Comandante Pinguino" puesto que comanda efectivamente las falanges socialistas con representación en las Cámaras, a despecho de las opiniones y manifestaciones de la mayoria de ciudadanos que se expresan a diario contrarios a la continuidad de este tipo de gobierno dictatorial, habida cuenta de que no respeta los justos reclamos de diversos sectores sociales, ni acepta la discusión en el parlamento e impone el número en las deciciones, sin importarle, como en este año electoral el "veredicto de las urnas".
De manera que todos los esfuerzos hechos durante el año 2008 por la ciudadanía seria, responsable, y víctima a la vez de estos manejos administrativos contrarios al bienestar general, con el apoyo de la mayoría del periodismo y la totalidad de los dirigentes de cantidad de partidos políticos que participaron de estas elecciones; fueron absolutamente inúties.
Tras cartón del alevoso apoderamiento de los fondos de pensión, que pasaron a la "Caja" del gobierno, estos malandantes administradores, se aseguraron el engrosamiento sin fin de ella, con la "Delegación de Facultades Especiales "(la fijación de impuestos -los Aranceles a las Exportaciones (Retenciones) que son facultad del Congreso) la continuidad de el Impuesto a los Débitos (" a los cheques") y el broche de oro (y las palmas para los adláteres del Kirchnerismo) la aprobación, en pocos dias mas, del Presupuesto General de Gastos y Recursos 2010, con el mismo esquema de gastos indiscriminados, con absoluta arbitrariedad y sin control ninguno de parte de el Congreso Nacional y organismos específicos.